A menudo suelo encontrarme con personas que no comprenden cómo puede encararse la vida con una óptica puramente científica. Consideran a la ciencia y al mundo científico que subyace tras ésta como algo frío, estéril o artificial. Como si la ciencia se tratase exclusivamente de laboratorios, probetas, complicadas ecuaciones y alguna que otra máquina gigantesca. Por supuesto, nada más alejado de la realidad. Y para ellos he decido escribir este artículo, para mostrarles solo algunos argumentos acerca de lo maravillosa e increíble que la ciencia puede ser.
Para empezar por lo más básico, la palabra ciencia proviene del latín “scientia”, que significa conocimiento. Esto quiere decir que la ciencia nos permite adquirir conocimiento acerca de todo lo que nos rodea, es simplemente el mejor método que tenemos para conocer el mundo y el universo en el que vivimos. Más adelante profundizaré más acerca de la importancia de conocer, ahora quisiera mostrarles algunos ejemplos para ubicarnos en contexto.
Para aquellos que consideran que analizar el mundo natural a través de una óptica científica es quitarle lo mágico, lo bello o lo poético, voy a comentarles un ejemplo práctico sugerido por el gran físico Richard Feynman y su opinión al respecto. Tomemos el caso donde dos amigos, uno científico y el otro artista, se encuentran para debatir acerca de la belleza de una flor. El artista diría lo siguiente: “Yo como artista puedo ver lo hermosa que esta flor es, pero tu como científico lo único que haces es descomponerla en partes y entonces se vuelve algo aburrido y frio”. Pero esta afirmación es sumamente incorrecta.
En primer lugar, la misma belleza que el artista encuentra en la flor está disponible para todos los demás, incluso para las personas de ciencia; cualquier ser humano puede apreciar esa misma belleza a simple vista. Y al mismo tiempo, desde una óptica científica, se puede ver mucho más en la misma flor de lo que el artista es capaz de ver. Por ejemplo, se pueden imaginar las células en el interior de la flor y las complejas interacciones que se dan entre estas; y eso también tiene una belleza propia. Porque la belleza no existe de manera exclusiva en una escala de tamaño, digamos, en la flor como un todo; sino que puede encontrarse belleza en múltiples escalas y múltiples dimensiones, incluso en las más pequeñas, en las que conforman la estructura de la flor. Desde un punto de vista científico también puede verse la belleza en los procesos: el hecho de que los colores de la flor hayan evolucionado para atraer insectos para la polinización es sumamente interesante, plantea múltiples cuestiones acerca de los insectos y de la flor. Es por esto que la ciencia y el conocimiento solo pueden sumar a la emoción, al misterio y a la belleza que constituye una flor; no hay forma de que puedan restar.
Por supuesto, el ejemplo de Feynman se aplica de la misma forma a cualquier otro evento de la naturaleza: desde una comunidad de microorganismos viviendo dentro de una gota de agua, hasta las cientos de miles de millones de estrellas interactuando dentro de una galaxia, comprender los intrincados procesos e interacciones que se dan en los niveles más básicos y los patrones que regulan estos eventos solo puede sumar fascinación, interés y belleza a los mismos.
Desde mi punto de vista, creo que el problema principal por el que las personas ven a la ciencia como algo frío o distante es la terminología que en ella se utiliza. Cuando los científicos dicen que todo lo que conocemos está compuesto por quarks, o cuando explican que todos los comportamientos del universo se encuentran regidos por las fuerzas electromagnéticas o nucleares, es común que se interpreten como situaciones frías y lejanas a nuestra vida cotidiana. Pero una vez que comprendemos realmente lo que dichas fuerzas representan y las increíbles formas en que hacen interactuar a todo lo que nos rodea, entendemos que "electromagnética" y "nuclear" son solamente palabras, términos, que usamos para nombrar las increíbles interacciones entre las porciones más pequeñas y más enormes de todo lo que constituye el universo. Quizás la terminología usada pueda parecer fría, pero los procesos reales que se intentan explicar son asombrosos y maravillosos, y se manifiestan a todos los niveles conocidos.
Otro argumento que se presenta con frecuencia es que la ciencia explora de tal manera los niveles básicos de la naturaleza, que finalmente termina restando importancia a cuestiones filosóficas importantes, como son el amor o los sentimientos, rebajándolas a meras interacciones químicas. En cierta medida, es cierto que podemos explicar cosas tan maravillosas como el amor a través de interacciones químicas en el cerebro. ¿Pero acaso no es lo más asombroso e interesante de todo que la evolución haya propiciado, tras miles de millones de años, el desarrollo de nuestros increíblemente complejos cerebros, que no solo nos proporcionan la capacidad de sentir una amalgama de sensación intensas como el amor, sino incluso entender porque las sentimos? Y tener una comprensión y un entendimiento más profundos de porque amamos y porque sentimos jamás puede ser algo negativo. Otras especies no tienen la capacidad de entender porque aman o porque sienten. Nuestra privilegiada posición de entendimiento debería únicamente impulsarnos a amar más profundamente y a sentir con más intensidad, una vez que comprendemos que miles de millones de años de evolución a través de la selección natural se han dado para que nosotros tengamos dicha capacidad.
Otro punto conflictivo es la creencia de que la ciencia parece restarle importancia a la humanidad. Mientras que el pensamiento religioso nos posiciona en el centro del universo como seres especiales y únicos diseñados inteligentemente, la ciencia nos dice que somos una de las tantas especies existentes en un planeta abandonado en los rincones de una de las millones de galaxias. ¿Es esto cierto, es nefasta la posición de la ciencia ante la vida y la humanidad? ¡Por supuesto que no! Lo que sucede es que utilizamos la ciencia para explicar todo lo que nos rodea y acercarnos a la verdad. La ciencia no se conforma con explicaciones simplistas o egocéntricas, sino que siempre seguirá profundizando hasta encontrar verdades que se ajusten cada vez más a la realidad. Y durante el proceso, no se cansará de maravillarnos y mostrarnos lo que realmente somos. La religión les dice a los niños que han nacido con pecado, que podrían ir al infierno y que deben creer. Mientras que la ciencia les dice a los niños que provienen de las estrellas y les ofrece razonamientos que sí pueden creer. Esa es la clase de visión “nefasta” que la ciencia nos brinda.
Por otro lado, la ciencia parece brindarnos una imagen desoladora de nuestro universo, ubicándonos en un desolado planeta rodeado de lejanas e inalcanzables estrellas. Y si, quizás sea cierto que no podemos alcanzarlas, pero es totalmente increíble saber que una parte de cada una de esas estrellas, de esos gigantescos soles distantes, viaja por miles de millones de años, a través de inconmensurables distancias, solo para llegar hasta nosotros, en forma de fotones que interactúan con nuestras retinas, para que de esa forma podamos apreciarlas. Pensamos que nunca podríamos alcanzar las estrellas, y aún así una parte de ellas cruza el vacío y nos toca a nosotros; ¡eso es algo sensacional! Y mientras que normalmente los ojos solo ven un diminuto punto de luz, a través de la ciencia y el entendimiento, nuestras mentes pueden ver mucho más.
Pero hasta el momento no he mencionado ninguno de los aspectos más comunes y obvios de la ciencia que nos afectan de manera positiva en nuestra vida cotidiana. La ciencia médica se encarga de salvar millones de vidas a diario, a través de la investigación, mejora y perfección de las técnicas y medicamentos utilizados. La ciencia ha triplicado la expectativa de vida de toda la raza humana, al mismo tiempo que ha mejorado inmensamente la calidad de vida. La ciencia nos permitió descubrir mundos invisibles a simple vista, microscópicos, y a través del entendimiento de esos mundos combatir males y enfermedades. La ciencia permite la comunicación actual entre personas, a través de medios tan útiles y a la vez tan complejos como Internet. La ciencia genera el desarrollo de todas las tecnologías de las cuales dependemos hoy en día, desde los medios de transporte hasta el consumo de alimentos procesados. La ciencia nos ha permitido visitar otros mundos vecinos y maravillarnos con lo que descubrimos acerca de estos. La ciencia nos permitió desentrañar el código genético que subyace en cada uno de nosotros y descubrir de esta forma el lazo que compartimos con todos los seres vivos de nuestro planeta.
Como reflexión final, más allá de la indiscutible presencia que la ciencia tiene en nuestras vidas cotidianas y de lo importante que ésta es para el desarrollo y progreso de la humanidad, así como para el entendimiento del mundo y de todo lo que nos rodea, considero de vital importancia que las personas adquieran un profundo interés por la ciencia. Y por sobre todas las cosas, que no solo se eduque a los niños en las diferentes disciplinas científicas, sino que se les enseñe a amar a la ciencia desde la edad temprana. Una tarea que profesores y educadores deberían asumir es la de mostrarles a los jóvenes lo asombrosa, maravillosa, apasionante y bella que la ciencia puede ser, para que se despierte en ellos un interés natural por el mundo científico. Y es que cuando se abre una puerta al mundo de la ciencia, lo único que se encuentran son más y más puertas, conexiones y puentes entre las diferentes disciplinas, y todo empieza a verse con una claridad diferente, como si lo que antes parecía inmerso en la neblina ahora saliera a la luz y fuera facil de apreciar. Y todo lo que podamos aprender sólo nos contagia aún más ganas de seguir aprendiendo; porque una vez que la ciencia nos ha mostrado lo fascinante que puede ser una ínfima porción del universo, jamás querremos librarnos del entusiasmo y la pasión por conocer lo infinitamente asombroso que puede ser el universo como un conjunto, funcionando en su totalidad.
Fuentes (de inspiración):
Estupendo artículo!! La ciencia tiene poesía, asombro y maravilla... el haber reconocido esto se lo debo al gran Carl Sagan, con quien tengo una deuda de gratitud enorme.
ResponderEliminarMuchísimas gracias Hernán. Y debo admitirte que comparto contigo esa gigantesca deuda con Sagan por la transmisión de pasión y conocimiento, así como con otros que también me han servido de constante inspiración en mi interminable camino de aprendizaje.
ResponderEliminarY como diría el genio Richard Dawkins: “Hay verdadera poesía en el mundo real; la ciencia es la poesía de la realidad”.
Un fuerte aplauso desde España, querido Damian. Ojala sigas escribiendo notas de esta calidad con el espiritu que lo has hecho.
ResponderEliminar¡Enhorabuena!
Sarah.
Excelente articulo! Tiene de todo, demostrando en cada palabra la pasion que pones en escribirlos!
ResponderEliminarUn fuerte aplauso!
Saludos y merd!
La ciencia explica los colores de una flor, la majestuosidad del universo y los secretos de la vida. Explica el amor y el odio. La inteligencia y la estupidez. ... ...
ResponderEliminarLa ciencia hace que el mundo sea más admirable.
Enhorabuena por tu blog.
@Sarah: muchas gracias por tus amables palabras, es un gran placer contar con lectores como tú que encuentren interesantes esta clase de artículos. Un gran saludo.
ResponderEliminar@Dani: Muchísimas gracias, genio! Ya de por si me alegra muchísimo que te hayas tomado el tiempo para leer el artículo, así que imaginate lo bien que me pone que lo hayas encontrado interesante y te haya gustado. Y esa pasión que decís que encontras en cada palabra es solamente el resultado de haberme encontrado en mi vida con gente inteligente e interesante que me enseñó muchas cosas, como vos. Un fuerte abrazo, genio!
ResponderEliminar@etcbloc: Sabias palabras las tuyas, querido compañero. Muchísimas gracias por tu enriquecedor comentario, suma mucho valor al artículo. Y enhorabuena también por tu blog: educación, tecnología y ciencia, algunas de las cosas más importantes de la vida. Ya te he agregado a mi listado de blogs de ciencia, tu proyecto realmente lo merece, sigue con eso con ganas que de verdad tiene muy buena pinta. Un gran saludo!
ResponderEliminarla ciencia es hermosa!!!
ResponderEliminarEste video lo resume de forma bella:
ResponderEliminarhttp://www.youtube.com/watch?v=FmaDLAETWqI&feature=related
Felicidades por el blog.
Solo tengo una palabra para describir el artículo:
ResponderEliminarHERMOSO.
Comparto tu opinión. A los niños se les debería enseñar mucho más sobre la utilidad y belleza de la ciencia.
Felicidades por el blog.
Hola... buenas...
ResponderEliminarSi es verdad que la ciencia es todo esto y mucho mas y aunque tengo pensamientos tecnocratas es verdad que la ciencia o la investigacion se ensombrecen cuando estan a sueldo de las grandes empresas especulativas y todas esas experiencias de la mente al saber esas cosas cuando miramos una estrella o una flor no tienen sentido en un mundo donde hay gente que no tiene acceso a la educacion o a la comida .... pienso muchas veces por que no mandan los cientificos?? por que muchisimos de los avances cientificos son derivados de los militares (Q pagan esas investigaciones)? por que los libros de medicina estan llenos de nombres alemanes? ... resumiendo menos esfuerzo por encontrar respuestas a problemas que pocos podran pagarse y mas accion social que inpongan a los verdaderos expertos en los puestos de gestion para que de una vez por todas la ciencia si se vea con todo su esplendor ... asi la ciencia sera respetada y asmirada por todos sin necesidad de tener que enmarcarla en un cuadro de valores donde lo que importa es el dinero .....llamarme utopico
Muy bueno Damian. Muy claro e ilustrativo de lo que hablamos. Me quedo con este fragmento, a eso me refería yo. ..."Y por sobre todas las cosas, que no solo se eduque a los niños en las diferentes disciplinas científicas, sino que se les enseñe a amar a la ciencia desde la edad temprana. Una tarea que profesores y educadores deberían asumir es la de mostrarles a los jóvenes lo asombrosa, maravillosa, apasionante y bella que la ciencia puede ser, para que se despierte en ellos un interés natural por el mundo científico"
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