30 de septiembre de 2010

Descubierto un exoplaneta que podría ser habitable

Grandes noticias para el universo de la ciencia y la astronomía. El día de ayer, miércoles 29 de septiembre, los astrónomos descubrieron un nuevo exoplaneta orbitando a la estrella enana roja llamada Gliese 581. Previamente se habían encontrado otros cinco exoplanetas orbitando a esta estrella, pero lo grandioso de este nuevo descubrimiento es que el planeta en cuestión se encuentra ubicado dentro de la denominada "zona de habitabilidad", región donde las condiciones propician la existencia de agua líquida en la superficie del planeta.

El planeta fue detectado usando el método de medición de velocidad radial, explicado con detalle en este artículo anterior. La estrella alrededor de la cual orbita el planeta, Gliese 581, se encuentra aproximadamente a veinte años luz de distancia de la Tierra. Esta distancia es asombrosa para nosotros, pero a escala galáctica es relativamente cerca: solo unas pocas estrellas se encuentran más cerca que ésta. El planeta descubierto tarda 37 días en orbitar alrededor de la estrella, y lo hace a una distancia de 1/6 de la distancia entre la Tierra al Sol. Las mediciones indican que posee una masa (mínima) de tres veces la masa de la Tierra, por lo cual es más probable que se trate de un planeta rocoso como el nuestro y no de un gigante gaseoso como Júpiter.

Analicemos a continuación algunas cuestiones que son probables que se den en este planeta, siempre tratando de mantenernos en el terreno de lo probable, sin sacar conclusiones apresuradas como que existe vida en dicho planeta o que puede ser habitado.

28 de septiembre de 2010

Determinismo: ¿existe el libre albedrío?

Cuestión filosófica-científica bien compleja. ¿Qué responderías tú a esa pregunta? ¿Existe el libre albedrío que tanto aclamamos tener los seres humanos? Creo que aunque algunos se aferren al concepto de “destino” como manipulador de la realidad, o a la existencia de alguna deidad que pueda hacer las veces de un titiritero jalando los hilos de sus vidas, una gran mayoría de las personas dirán que tienen control total sobre sus propios destinos, que tienen decisión sobre sus acciones, que pueden cambiar el rumbo de sus vidas en cualquier momento si así lo desean y que todo lo que les sucede ocurre porque ellos lo quieren así, voluntariamente, intencionalmente, conscientemente; que “nadie maneja sus destinos”, podrán decir. ¿Qué tal si yo les dijera entonces que se encuentran equivocados, y que ese control que creen tener sobre sus destinos es solamente una ilusión de sus mentes humanas?

La historia comienza con el científico francés Pierre Simon Laplace, quien a principios del siglo XIX afirmó que el Universo era completamente determinista. Lo que Laplace sugirió con este concepto es que podríamos predecir todo lo que sucede en el Universo a través de leyes científicas, siempre y cuando conociéramos el estado completo del Universo en un instante de tiempo. Por ejemplo, si conociéramos las posiciones y velocidades del Sol y los planetas en un momento determinado, podríamos calcular el estado del Sistema Solar en cualquier otro instante. Esto parece bastante obvio, pero Laplace fue más lejos, afirmando que existen leyes similares gobernando todos los fenómenos del Universo, incluido el comportamiento humano.

Lo que el determinismo científico nos dice es que, si pudiéramos conocer todas las leyes físicas que rigen el Universo y al mismo tiempo conocer el estado de todas las partículas que lo forman en un momento dado, entonces podríamos predecir con total exactitud la evolución del Universo de manera determinista, o dicho de otra forma, podríamos predecir el futuro aplicado a nivel universal. Por supuesto, nos es imposible conocer el estado de todas las partículas que conforman el Universo con tal grado de exactitud, y hoy en día ni siquiera estamos seguros de conocer con precisión las leyes físicas que lo rigen, por lo que existen una infinidad de fenómenos y sucesos que no podemos predecir: eso es lo que los seres humanos denominamos azar.

20 de septiembre de 2010

Io: una doncella codiciada bajo demasiada presión

¿Has sentido alguna vez como las situaciones de la vida se bifurcan y las opciones se contradicen entre sí, de tal forma que parecen tirar de ti en direcciones opuestas, obligándote a tomar decisiones importantes bajo condiciones de presión insoportables? Si alguna vez te has sentido de esa forma, entonces has experimentado a una escala menor lo que le sucede todo el tiempo a Io, una de las lunas principales de Júpiter.

Como todas las lunas regulares de Júpiter, Io lleva el nombre de una amante del Dios Júpiter de la mitología romana. Fue descubierta en 1610 por Galileo Galilei, fotografiada por vez primera por la sonda Pioneer I en 1974 y luego por la Voyager I en 1979. Posee un tamaño similar a la luna terrestre y orbita a 423 mil kilómetros de la superficie de Júpiter. Lo que distingue a Io de las otras lunas de Júpiter es su vulcanismo espectacular, su actividad pulsante ha desconcertado e intrigado a los científicos durante décadas.

Con más de 400 volcanes activos y lava incandescente en diversos puntos de su superficie, Io es el objeto más activo geológicamente de todo el Sistema Solar. Y esto se debe, como el título del artículo lo indica, a que esta doncella se encuentra en condiciones de extrema presión, principalmente por ser “codiciada” por sus tres compañeros más cercanos: Júpiter, Europa y Ganimedes. Veamos de manera más precisa de que se trata esto.

16 de septiembre de 2010

¿Las estrellas caen del firmamento?

Sobre este tema ya hice una breve aclaración en un artículo anterior. Pero debido a que he escuchado con frecuencia alarmante acerca de personas que aún piensan que las estrellas fugaces son realmente estrellas cayendo del firmamento, he tomado la decisión de dedicar un breve artículo a explicarlo como corresponde.

Para empezar, podríamos preguntarnos qué es una estrella. Lo que nosotros llamamos estrellas y vemos como minúsculos puntos en el firmamento no son otra cosa que gigantescos hornos nucleares como nuestro Sol, algunas de ellas un poco más pequeñas, algunas otras mucho más grandes y masivas. Las estrellas parecen estar quietas en el cielo, formando un telón fijo que no cambia nunca y que atraviesa nuestro firmamento a medida que la Tierra rota sobre sí misma y alrededor del Sol. Y es importante resaltar el uso de la palabra “parecen”, porque en realidad no están quietas; por supuesto que las estrellas se mueven, presentan diferentes clases de orbitas y movimientos.

Entonces uno podría preguntarse, ¿es dicho movimiento lo que nosotros denominamos “estrella fugaz”, es la estrella cambiando de posición rápidamente? De ninguna forma. Lo que sucede es que las estrellas se encuentran tan lejos, las distancias que nos separan de ellas son tan increíbles (la más cercana se encuentra a 4 años luz de distancia; tardaríamos 70.000 años en llegar hasta ella), que dichos movimientos son imperceptibles para nosotros a simple vista. Es lo mismo que sucede cuando vemos un avión en el cielo: nos parece que se desplaza muy suave y lentamente, pero en realidad está viajando a velocidades increíbles; la distancia que nos separa de éste claramente afecta nuestra percepción de su movimiento. Aplicando dicho principio a las estrellas, donde las distancias son realmente difíciles de asimilar, es imposible ver a una estrella moverse a simple vista y siempre parecen estar fijas en el mismo lugar.

13 de septiembre de 2010

Panspermia: ¿Somos todos extraterrestres?

¿Lo somos? Bueno, de hecho tu y yo nacimos en este planeta, en la Tierra, así que poco probable es que seamos directamente extraterrestres (excepto que este blog esté siendo leído por alguna civilización extraterrestre, en cuyo caso si lo eres). Al hacer esa pregunta no me refiero específicamente a la raza humana, pero ¿qué tal nuestros ancestros? Tal como fue planteado por Charles Darwin en su teoría de la evolución por selección natural, todas las especies de animales que coexisten en la actualidad descienden de especies primitivas anteriores, y a su vez, todas las especies primitivas deben tener un único ancestro común. Todos los seres vivos de este planeta, desde bacterias y organismos unicelulares, hasta las plantas, animales, mamíferos y el ser humano, compartimos un único ancestro común del que todos descendemos.

La pregunta que esta situación nos plantea es: ¿de dónde surgió este ancestro común que todos compartimos? Es una de las preguntas aún no contestadas por la ciencia y una situación que aún no hemos podido recrear completamente en nuestros laboratorios. ¿Cómo es que la materia inorgánica e inerte se convirtió, de un momento a otro, en materia orgánica, viva, con capacidad de reproducirse a sí misma, adecuándose y condicionándose de acuerdo al entorno? Es obvio pensar que este fue un proceso sumamente complejo, no cabe duda que debieron darse interacciones muy complicadas entre moléculas de diferentes compuestos químicos (como carbono, oxigeno, nitrógeno e hidrogeno) y diferentes fuentes de energía (como radiación solar, fuertes mareas oceánicas y descargas eléctricas provenientes de rayos).

Las teorías son muchas y cada una de ellas suscita aún más preguntas. ¿Es la vida un evento insólito y azaroso que se dio por pura casualidad en nuestro planeta? ¿O es la vida algo muy común en el Universo, y allí donde se encuentren presentes los componentes básicos mencionados, allí seguro se generará la vida? Y la que me propongo a analizar en este artículo es una de las teorías más interesantes que se han propuesto sobre el surgimiento de la vida en nuestro planeta: la Teoría de la Panspermia.

10 de septiembre de 2010

Un Universo no hecho para nosotros

Cuando leo libros sobre ciencias o me informo acerca de hechos científicos lo hago, como muchos otros, buscando saciar mi sed de conocimiento acerca del mundo y el Universo, con el objetivo de comprender todo lo que nos rodea, tratando de encontrar explicaciones tanto a preguntas corrientes como “¿Cómo funciona esto?”, “¿Por qué funciona de esa forma?”, “¿Cómo puedo saber más sobre esto?”; así como también a las preguntas más profundas como “¿Por qué estamos aquí?”, “¿Cuál es el propósito de todo?”, “¿Tiene nuestro Universo un principio y tendrá un final?”, entre otras muchas.

Cuando hablo sobre ciencias, ya sea con personas conocidas o a través de los artículos que escribo para este blog, lo hago con el mismo objetivo: tratar de entender el Universo y cada una de las cosas que lo componen, planteando preguntas, razonando sobre diferentes cuestiones, pensando con una combinación de lógica e imaginación, sumergiendo la cabeza en las tormentosas aguas de toda la infinita inmensidad que existe a nuestro alrededor; y si en el camino puedo contagiar aunque sea un poco de mi pasión por esos temas (que no suelen apasionar a muchos) y hacer que los demás entiendan un poco mejor algún aspecto del Universo a través de mis palabras, entonces mi objetivo se encuentra cumplido con creces.

Y una de las cosas que siempre me empeño en hacer comprender a los demás es lo maravilloso, increíble y hermoso que puede ser el Universo mirándolo desde una perspectiva científica; que toda la belleza que abunda en nuestro Universo puede apreciarse sin la necesidad de recurrir a cuentos ficticios, explicaciones falsas o mentiras adornadas; que la ciencia puede ser una puerta al descubrimiento de las maravillas más profundas, y que una vez abierta jamás se quiere volver a cerrar, siempre hay algo nuevo para descubrir, algo nuevo para aprender; y uno puede olvidarse por completo de la magia, las fantasías, los mitos y los cuentos religiosos: todos estos caen estrepitosamente y quedan enterrados bajo la fascinante realidad natural de nuestro mundo y nuestro Universo.

8 de septiembre de 2010

¿Izquierda o derecha? ¿Lógica o creatividad?

Si, después de tanto hablar sobre ella, voy a dejar de lado por un momento a la astronomía; porque más allá de que sea mi preferida, no es la única ciencia que existe. Por cierto, tampoco voy a hablar sobre partidos políticos; no solo no me interesa en lo mas mínimo, tampoco creo que nadie que haya entrado a este blog espere leer sobre eso. En este artículo voy a tratar acerca de la lateralización cerebral, una de las áreas de estudio de la neurociencia, de vital importancia al momento de comprender como funciona nuestro intrincado cerebro.

Uno de los mejores libros que he leído sobre la evolución y el funcionamiento del cerebro humano es “Los Dragones del Edén: Especulaciones sobre la evolución de la inteligencia humana”, de Carl Sagan. Al observar el nombre completo del libro, uno se preguntaría porque un científico tan respetado como Sagan usaría la palabra “especulaciones” para titularlo, ya que no hay duda que dicha palabra resta seriedad a una publicación científica. Bueno, lo que sucede es que dentro de las ciencias que estudian el funcionamiento del cerebro, la gran mayoría son especulaciones o conjeturas; digamos que no abundan las pruebas empíricas corroboradas sobre el funcionamiento de nuestra intrincada mente. Por el momento, nuestro cerebro presenta tal grado de complejidad para nosotros que aún con nuestros complejos cerebros no podemos comprenderlo completamente (vaya ironía ¿no?).

6 de septiembre de 2010

¿Qué hubo antes del Big Bang?

Una de las preguntas más capciosas y uno de los enigmas científicos aún sin resolución aparente. ¿Qué sucedió antes de ese evento que hoy denominamos Big Bang? ¿Por qué sucedió dicho evento? ¿Hay alguna forma lógica de explicar el nacimiento de nuestro Universo, o se dio simplemente como una gran casualidad? Todas estas son preguntas que se hacen muchas personas de ciencia (y algunas de no tanta ciencia también) para las cuales no hemos encontrado respuesta aún.

Pero yo, personalmente, me haría una pregunta diferente y sería la siguiente: ¿tiene sentido plantearse todas estas preguntas acerca del antes y el porqué del Big Bang? Y voy a hacer una aclaración: quizás en este artículo me aleje un poco de las teorías científicas y me acerque a una mirada del Universo a través de los ojos de los seres humanos; quizás me aleje del terreno de los datos y me acerque al de las opiniones; porque cuando se trata de hablar sobre algo que excede de tal forma nuestro conocimiento, tenemos que usar un poco la imaginación; y es eso lo que voy a hacer aquí: plantear más preguntas que respuestas, sembrar incógnitas, motivar el pensamiento y la imaginación sobre cuestiones lejanas al intelecto humano.

2 de septiembre de 2010

Dios no creó el Universo

Y antes de que se cree controversia, alguien se ofenda o me llamen hereje a través de comentarios, esto no lo afirmo yo. Quien lo afirma es el físico, cosmólogo y divulgador científico contemporáneo más importante y reconocido: Stephen Hawking. Y por supuesto concuerdo completamente con su afirmación, pero no es importante mi opinión personal al respecto. Lo importante es que lo afirme el señor Hawking, una de las mentes más brillantes de nuestro siglo y experto en el funcionamiento del cosmos.

En su nuevo libro, titulado “El Gran Diseño” y con fecha de lanzamiento para el próximo 9 de Septiembre, Hawking revierte alguna de sus ideas pasadas, como aquellas que dejó plasmadas en su libro "Una breve historia del tiempo", donde relacionaba a la creación de nuestro Universo con la presencia divina de Dios. Por supuesto, siempre que Hawking se refiere a la figura de Dios lo hace en un sentido “einsteniano”, como un eufemismo para el misterio en el origen del Universo, para aquello que no comprendemos; al contrario de la mayoría de la gente que se refiere a la figura de Dios como una persona. Con sus nuevas ideas desarrolladas en “El Gran Diseño”, Hawking saca completamente a la figura de Dios del panorama, afirmando que el magnífico evento que originó nuestro Universo, el Big Bang, fue una consecuencia natural e inevitable de las leyes de la física. "No es necesario invocar a Dios para encender la mecha y darle inicio al Universo", afirma el científico.

1 de septiembre de 2010

La Magnitud del Universo

"El Universo es gigantesco."

"No solamente gigantesco, sino realmente enormemente gigantesco."

"Y no solo eso, muchísimo más grande también."

Si nos rodeamos de personas interesadas en astronomía, con frecuencia podremos oír esta clase de afirmaciones, y ninguna de ellas se encuentra realmente errada. Si preguntamos sobre el tamaño del Universo sin duda escucharemos palabras tales como “gigante”, “enorme” y “colosal”; algunas veces incluso “infinito”. Pero en realidad cualquier término corriente que podamos utilizar para tratar de describir la magnitud del Universo sería equivalente a tomar el tema muy a la ligera. Considero que no tiene sentido alguno tratar de efectuar una descripción sobre el tamaño del Universo utilizando palabras: no existe en el vocabulario humano un término, frase o idea que consiga siquiera acercarse un poco a dicho tamaño y a las distancias que existen en el mismo. Lo que si podemos hacer es pensar o imaginar esas distancias y magnitudes en nuestra mente, y hacernos una idea aproximada de este concepto (aunque el tamaño real del Universo aún sea desconocido y escape completamente al pensamiento o la imaginación humana).

Para comenzar a pensar o imaginar el tamaño del Universo, podemos iniciar con nuestro propio mundo: la Tierra. Visto desde nuestra perspectiva es un mundo gigantesco, cubierto en su mayoría por extensiones oceánicas, con selvas y desiertos imponentes, interminables extensiones de tierra y enormes ciudades construidas por el hombre. Visto desde la perspectiva del Universo… un infinitamente pequeño punto en medio de una infinitamente enorme inmensidad. Sería comparable al tamaño de un ínfimo quark (la Tierra) dentro de un neutrón (Sistema Solar), a su vez dentro de un átomo (Galaxia) perdido en la inmensidad de todo el planeta Júpiter (Universo conocido). Y recordemos que estamos hablando del planeta donde viven todos los seres humanos y todas las especies vivas conocidas.

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