
La mayoría de esas afirmaciones derivan de alguna experiencia personal para la cual no encuentran una explicación razonable: sonidos extraños durante la noche, la visión de una sombra atravesando un pasillo en la oscuridad, un retrato familiar que se desplomó sin motivo alguno, incluso experiencias con juegos como la güija. Por supuesto, al igual que ocurre con las otras pseudo-patrañas, lo que nunca sucede es un evento claro y definitivo; por ejemplo, un espíritu presentándose claramente frente a una persona y permitiéndole tomar fotos y videos precisos del encuentro. Lo cual es extraño que nunca haya sucedido, puesto que si yo muriera y quedara vagando en forma de espíritu, querría que mis descendientes se volviesen famosos obteniendo evidencia certera de la existencia de un fantasma; pero dejémoslo ahí, porque estoy divagando y mi sarcasmo puede ser malinterpretado por malintencionados.