8 de septiembre de 2010

¿Izquierda o derecha? ¿Lógica o creatividad?

Si, después de tanto hablar sobre ella, voy a dejar de lado por un momento a la astronomía; porque más allá de que sea mi preferida, no es la única ciencia que existe. Por cierto, tampoco voy a hablar sobre partidos políticos; no solo no me interesa en lo mas mínimo, tampoco creo que nadie que haya entrado a este blog espere leer sobre eso. En este artículo voy a tratar acerca de la lateralización cerebral, una de las áreas de estudio de la neurociencia, de vital importancia al momento de comprender como funciona nuestro intrincado cerebro.

Uno de los mejores libros que he leído sobre la evolución y el funcionamiento del cerebro humano es “Los Dragones del Edén: Especulaciones sobre la evolución de la inteligencia humana”, de Carl Sagan. Al observar el nombre completo del libro, uno se preguntaría porque un científico tan respetado como Sagan usaría la palabra “especulaciones” para titularlo, ya que no hay duda que dicha palabra resta seriedad a una publicación científica. Bueno, lo que sucede es que dentro de las ciencias que estudian el funcionamiento del cerebro, la gran mayoría son especulaciones o conjeturas; digamos que no abundan las pruebas empíricas corroboradas sobre el funcionamiento de nuestra intrincada mente. Por el momento, nuestro cerebro presenta tal grado de complejidad para nosotros que aún con nuestros complejos cerebros no podemos comprenderlo completamente (vaya ironía ¿no?).


¿Me arriesgo mucho si comienzo diciendo que nuestro cerebro es todo lo que somos? ¿Me crearé muchos enemigos si digo que eso que suele llamarse “alma” no existe, y que todo lo que nos hace humanos, lo que nos hace percibir el mundo a nuestro alrededor, todos los sentimientos que experimentamos con tanta frecuencia, son solamente reacciones eléctricas y combinaciones químicas en nuestro cerebro? Y créanme, no trato de quitarle la magia a nada; los poetas van a seguir existiendo y el amor va a seguir uniendo a las personas en el mundo (y me encanta que eso se mantenga de esa forma). Pero si queremos comprender concretamente cómo funciona el cerebro, debemos aceptarlo: las inspiraciones poéticas no son más que interacciones eléctricas entre las redes neuronales de cierto hemisferio de nuestro cerebro, y lo que llamamos amor no es más que distintos niveles de secreciones de sustancias químicas y hormonas (serotonina, dopamina y oxitocina, entre otras) a través de diferentes procesos cerebrales. Cuando se acelera el pulso y se entrecorta la respiración al estar frente a la persona amada, no sucede por una mágica conexión abstracta llamada “amor”, sino porque se están liberando varias combinaciones de sustancias químicas en el cerebro que producen dichos efectos; lo siento si esto rompe el esquema romántico de alguien, pero es así.

Muchas personas suelen afirmar que el cerebro es una parte muy importante en nosotros, que nuestros pensamientos e ideas se encuentran allí. Pues yo iría un paso más lejos y diría que el cerebro somos nosotros, que no debe tomarse al cerebro como una parte de uno, sino que uno mismo es todo lo que sucede dentro del cerebro; y no solo nuestros pensamientos e ideas se producen allí, sino también todos nuestros sentimientos, acciones, sensaciones, percepciones, ensoñaciones y cualquier otra cosa que puedan imaginar. Pero ¿todo esto se produce de manera uniforme en la totalidad del cerebro? Y es aquí a donde quería llegar; la respuesta es no: diversos estudios sobre la estructura y el funcionamiento cerebral han demostrado que el cerebro se encuentra dividido y en cada una de estas divisiones se producen procesos muy diferentes. Echemos un vistazo a eso.

Aunque se pueden establecer diferentes clases de divisiones en el cerebro humano de acuerdo a lo que se desee estudiar, como ser divisiones corticales o divisiones funcionales, la que realmente me interesa analizar en este momento es aquella que llamamos “lateralización cerebral”: la división del cerebro en dos hemisferios. Se han encontrado muchas diferencias entre los hemisferios, tanto a nivel anatómico como en la distribución de neurotransmisores; pero lo más interesante acerca de esta división es que cada uno de los hemisferios se encuentra dedicado o especializado en diferentes funciones cognoscitivas. Un dato importante al respecto es que dicha separación hemisférica de funciones cerebrales se da únicamente en los seres humanos, no presentándose en el resto de los animales. Una de las posibles explicaciones a esto es que dicha división cerebral, con la subsecuente especialización de funciones, surgiera cuando apareció el lenguaje y la lógica en el ser humano primitivo; y era tal el nivel de energía y almacenamiento requerido para la formación de estas nuevas y complejas formas de pensamiento que fue necesario “dedicar” parte del cerebro a ellas.

Por un lado tenemos el hemisferio izquierdo del cerebro, también llamado hemisferio racional, de acuerdo a las clases de funciones que priman en este. La mayoría de los procesos mentales que nos catalogan como animales racionales y evolucionados se presentan en este hemisferio. Todo aquello relacionado con el lenguaje, como ser la lectura, la escritura y el habla, es predominante en las diferentes áreas del hemisferio izquierdo. Del mismo modo, procesos complejos como la realización de operaciones aritméticas y el cálculo matemático rigen también en este hemisferio.

Por otro lado encontramos el hemisferio derecho del cerebro, relacionado con las funciones intuitivas que por lo general no acarrean un nivel de complejidad tan elevado como aquellas que se presentan en el hemisferio izquierdo. La imaginación y la creatividad en sentido genérico son funciones primordiales de este hemisferio. Del mismo modo se dan aquí el reconocimiento de configuraciones, la construcción espacial y la identificación facial.


Otro tema interesante acerca de la separación hemisférica de nuestro cerebro se relaciona con el cruce entre cada hemisferio específico y la parte del cuerpo que controla; es decir que cada hemisferio del cerebro interactúa principalmente con una mitad del cuerpo, pero lo hace de manera entrecruzada: el hemisferio izquierdo del cerebro interactúa con el lado derecho de nuestro cuerpo, y viceversa. La parte del campo visual que percibimos con el ojo derecho es procesado por el lado izquierdo del cerebro, y viceversa. El hemisferio izquierdo del cerebro da las órdenes a la mano y pierna derecha, y viceversa. Lo mismo se aplica para el sentido auditivo, aquello que escuchamos con el oído derecho es asimilado por el hemisferio izquierdo, y viceversa. El único sentido al cual no se aplica esta regla es el olfato; se cree que este sentido es tan antiguo y primitivo en los animales que pudo aparecer incluso antes de la lateralización del cerebro.

De todos modos, como aclaré al principio, todas estas siguen siendo especulaciones basadas en diferentes teorías y experimentos. Se han dado casos de pacientes a los que se extirpó una porción importante de cierto hemisferio cerebral y consecuentemente perdieron la capacidad para ciertas funciones especificas relacionadas con ese hemisferio. Pero también se han dado casos donde personas con partes de hemisferios extirpadas recuperaban las funciones del mismo, que parecían ser realizadas con total normalidad por el hemisferio opuesto, en lo que podría ser un sistema de redundancia y conexión entre las dos partes. Ha habido también casos extremos donde personas con hasta el ochenta por ciento del cerebro extirpado pudieron, después de algún tiempo de recuperación, continuar realizando todas sus actividades con casi total normalidad. Por lo tanto cuando nos referimos al estudio de nuestro cerebro aún no existen explicaciones completas e irrefutables, aun no existen datos ciento por ciento certeros sobre su funcionamiento. Hay cosas para las cuales nuestro cerebro aun no está lo suficientemente avanzado, o especializado, o evolucionado como para comprenderlas completamente, y una de ellas es a sí mismo.

Fuentes:

6 comentarios:

  1. Me hace acordar al capitulo de House, muy bueno...
    Arde en el infierno

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  2. ¿Por eso existen tantos actores zurdos?

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  3. Muy interesante, de neurociencia me gusto mucho "el error de Descartes" de Damasio, seguramente lo conoces. En especial me gusta la claridad que tiene al tratar toda su teoria delimitando claramente su caracter conjetural.

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  4. Me parece un artículo muy interesante. Es curioso lo que puede llegar a determinar en nuestra vida el hemisferio de nuestro cerebro que esté más desarrollado, desde la mano con la que escribimos hasta nuestras habilidades...
    Yo también me había fijado en que muchos actores y cantantes conocidos eran zurdos, qué curioso que se deba a esto.

    Un saludo

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  5. Me parece muy interesante esta entrada, de hecho, me he quedado un poco alucinado, por la complejidad del cerebro.

    Con respecto a lo del amor, etc. lo más probable es que sea cierto, pero creo que siempre hay un porcentaje, por pequeño que sea de que el alma existe.

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  6. me parece una informacion muy interesante y nos falta mucho mas por conocer de este organo donde inicia todo apensamientos religiosos cientificos etc e ideas luego pasado al lo fisico y material y eso que utiliza solo un 11% me imagino con el tiempo llegara a aumentar es facil notarlo con ver qe cada dia ay maas avances cientificos etc

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