"No solamente gigantesco, sino realmente enormemente gigantesco."
"Y no solo eso, muchísimo más grande también."
Si nos rodeamos de personas interesadas en astronomía, con frecuencia podremos oír esta clase de afirmaciones, y ninguna de ellas se encuentra realmente errada. Si preguntamos sobre el tamaño del Universo sin duda escucharemos palabras tales como “gigante”, “enorme” y “colosal”; algunas veces incluso “infinito”. Pero en realidad cualquier término corriente que podamos utilizar para tratar de describir la magnitud del Universo sería equivalente a tomar el tema muy a la ligera. Considero que no tiene sentido alguno tratar de efectuar una descripción sobre el tamaño del Universo utilizando palabras: no existe en el vocabulario humano un término, frase o idea que consiga siquiera acercarse un poco a dicho tamaño y a las distancias que existen en el mismo. Lo que si podemos hacer es pensar o imaginar esas distancias y magnitudes en nuestra mente, y hacernos una idea aproximada de este concepto (aunque el tamaño real del Universo aún sea desconocido y escape completamente al pensamiento o la imaginación humana).
Para comenzar a pensar o imaginar el tamaño del Universo, podemos iniciar con nuestro propio mundo: la Tierra. Visto desde nuestra perspectiva es un mundo gigantesco, cubierto en su mayoría por extensiones oceánicas, con selvas y desiertos imponentes, interminables extensiones de tierra y enormes ciudades construidas por el hombre. Visto desde la perspectiva del Universo… un infinitamente pequeño punto en medio de una infinitamente enorme inmensidad. Sería comparable al tamaño de un ínfimo quark (la Tierra) dentro de un neutrón (Sistema Solar), a su vez dentro de un átomo (Galaxia) perdido en la inmensidad de todo el planeta Júpiter (Universo conocido). Y recordemos que estamos hablando del planeta donde viven todos los seres humanos y todas las especies vivas conocidas.
Sigamos imaginando. Nos alejamos un poco de nuestro planeta y nos encontramos con el resto de los planetas interiores del Sistema Solar. Aquí descubrimos que nuestro mundo ya no es tan único ni tan enorme, pues encontramos otros planetas de tamaño ligeramente menor, aunque muy similares. Nos alejamos un poco más y atravesamos una distancia increíblemente enorme donde podremos cruzarnos con diferentes objetos de tamaños relativamente pequeños en comparación con nuestro planeta: estamos cruzando el cinturón de asteroides. Ya nos hemos alejado increíblemente de nuestro hogar y la oscuridad nos rodea casi por completo. Al otro extremo del cinturón de asteroides encontramos un verdadero gigante gaseoso, un imponente planeta que nos cuesta imaginar, con un volumen de 1.317 Tierras: el gran Júpiter. Atravesamos otra distancia inmensa repleta de vacío y cuerpos menores, y nos encontramos con otro gigante, aunque no tan enorme como el anterior: Saturno. Nuevamente viajamos a través del vacío del espacio una distancia colosal y nos hallaremos otro planeta monstruoso, aunque menor que los ya mencionados: Urano. Si repetimos una vez más la experiencia y nos seguimos alejando encontraremos a Neptuno. Ya nos encontramos casi en el otro extremo del Sistema Solar y a una distancia fantásticamente lejana del planeta Tierra. Desde aquí nuestro mundo es completamente invisible en el cielo, así como el resto de los planetas internos del sistema. Y el Sol, esa gigantesca bola gaseosa tan enorme que por sí misma representa el 98,6% de la masa total del Sistema Solar, es solo un punto brillante en el cielo, una estrella más. Y si vamos aún más allá de Neptuno descubrimos el cinturón de Kuiper, otra extensión impresionante de espacio compuesta de objetos menores, principalmente cometas. Y todavía más lejos, en los límites del Sistema Solar, a una distancia de casi un año luz del Sol, encontramos una zona esférica de cometas y asteroides denominada Nube de Oort.
Como vemos, nos hemos alejado a una distancia inimaginable de nuestro planeta, y hemos cubierto en nuestro camino una distancia igualmente increíble hacia los confines exteriores de nuestro Sistema Solar. Parece que dichas distancias fueran tan enormes que no podría haber nada más allá de todo eso. Nada más equivocado.
Si lo vemos desde la perspectiva galáctica (todavía no lleguemos al Universo, que es algo aún mucho más complejo de imaginar) lo que hemos recorrido hasta el momento, nuestro majestuoso Sistema Solar, no es más que un pequeño punto invisible perdido en una de las extensas ramas de nuestra Galaxia: la Vía Láctea.
Antes mencionamos que la distancia desde el centro de nuestro Sistema Solar (el Sol) hasta el extremo más lejano (la nube de Oort) es de aproximadamente un año luz. Esto significa que si viajáramos a 300.000 km/s (la velocidad de la luz) entonces nos llevaría un año recorrer dicha distancia; con nuestros cohetes tripulados actuales nos llevaría aproximadamente 17.500 años recorrer esa misma distancia. Para tratar de imaginar las atroces dimensiones de la Vía Láctea podemos decir que se le atribuye un diámetro medio de 100.000 años luz, y se calcula que contiene entre 200.000 millones y 400.000 millones de estrellas. Además de estrellas, se encuentra compuesta por nubes de gas, planetas, cometas, asteroides, polvo, agujeros negros, materia oscura, energía oscura, todos estos unidos gravitacionalmente. Para que lo podamos imaginar de manera un poco más simple, quiere decir que nuestro anteriormente inmenso Sistema Solar constituye un ínfimo punto extraviado entre, como mínimo, 200.000 millones de otros posibles sistemas similares que incluso pueden ser más grandes y contar con estrellas mucho más enormes que la nuestra.
Tomemos un poco de aire y respiremos profundamente, lo que acabamos de imaginar no es fácil de asimilar. Y esto aún no termina: todavía seguimos hablando de cosas relativamente pequeñas desde un punto de vista universal. Así como existe nuestra galaxia, la Vía Láctea, con sus 200.000 millones hasta 400.000 millones de estrellas como nuestro Sol, se estima que existen más de 100.000 millones de galaxias en el Universo observable. Y remarquemos esto último, dado que lo que consideramos el Universo observable es solo una pequeña fracción del total de Universo. Tratemos de imaginar esto último y comprender, hasta donde podemos, lo que significa. Estamos diciendo que en el Universo observable, que es solo una reducida parte del Universo total, existen dispersas y separadas por distancias astronómicas 100.000 millones de gigantescas galaxias, y dentro de cada una de estas cientos de miles de millones de galaxias conviven, separadas también por distancias inmensas, entre 200.000 millones y 400.000 millones de estrellas de tamaños tan o más grandes que nuestro gigantesco Sol, y alrededor de esas cientos de miles de millones de estrellas orbitan una gran cantidad de planetas, cometas, meteoros, asteroides y otros objetos.
Hubble Ultra Deep Field: cada punto de esta imagen,
incluso los más pequeños, es una galaxia conteniendo
cientos de miles de millones de estrellas
(haz clic para verla en tamaño completo).
incluso los más pequeños, es una galaxia conteniendo
cientos de miles de millones de estrellas
(haz clic para verla en tamaño completo).
Después de todo lo imaginado en nuestro viaje a través del Universo observable ¿consideran aún que la frase “El Universo es gigantesco” tiene relación alguna con lo que realmente es el Universo? ¿Creen que se puede expresar con una simple palabra toda la infinidad que nos rodea y en la que nos encontramos contenidos? Y más importante aún, les pregunto ¿creen que existe alguna posibilidad de que seamos los únicos habitantes de tal vasta inmensidad?
Para concluir quiero citar un fragmento del libro “El restaurante del fin del Universo” de Douglas Adams, que explica de una manera clara y humorística, sin faltar al realismo, las dimensiones de nuestro Universo:
"Mayor que la cosa más grande que haya existido nunca, y más. Mucho mayor que eso, en realidad; verdadera y asombrosamente enorme, de un tamaño absolutamente pasmoso, algo para decir: «vaya, qué cosa tan inmensa». Es simplemente tan grande, que en comparación la grandeza misma resulta una nadería. Lo que tratamos de exponer es una especie de concepto que resultaría de lo gigantesco multiplicado por lo colosal multiplicado por lo asombrosamente enorme."
y aun asi el universo es solo un insignificante punto del multiverso, yo creo q infinito define mejor la magnitud del todo (de nuevo error pues "todo" englobaria algo finito) es tan paradojico q nuestra tierna mente colapsa de tan solo atreverse a imaginarlo.
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