
Cuestión filosófica-científica bien compleja. ¿Qué responderías tú a esa pregunta?
¿Existe el libre albedrío que tanto aclamamos tener los seres humanos? Creo que aunque algunos se aferren al concepto de “destino” como manipulador de la realidad, o a la existencia de alguna deidad que pueda hacer las veces de un titiritero jalando los hilos de sus vidas,
una gran mayoría de las personas dirán que tienen control total sobre sus propios destinos, que tienen decisión sobre sus acciones, que pueden cambiar el rumbo de sus vidas en cualquier momento si así lo desean y que todo lo que les sucede ocurre porque ellos lo quieren así, voluntariamente, intencionalmente, conscientemente; que
“nadie maneja sus destinos”, podrán decir. ¿Qué tal si yo les dijera entonces que se encuentran equivocados, y que ese control que creen tener sobre sus destinos es solamente una ilusión de sus mentes humanas?
La historia comienza con el científico francés
Pierre Simon Laplace, quien a principios del siglo XIX
afirmó que el Universo era completamente determinista. Lo que Laplace sugirió con este concepto es que podríamos predecir todo lo que sucede en el Universo a través de leyes científicas, siempre y cuando conociéramos el estado completo del Universo en un instante de tiempo. Por ejemplo, si conociéramos las posiciones y velocidades del Sol y los planetas en un momento determinado, podríamos calcular el estado del Sistema Solar en cualquier otro instante. Esto parece bastante obvio, pero Laplace fue más lejos, afirmando que existen leyes similares gobernando
todos los fenómenos del Universo, incluido el comportamiento humano.
Lo que el determinismo científico nos dice es que,
si pudiéramos conocer todas las leyes físicas que rigen el Universo y al mismo tiempo conocer el estado de todas las partículas que lo forman en un momento dado, entonces podríamos predecir con total exactitud la evolución del Universo de manera determinista, o dicho de otra forma, podríamos predecir el futuro aplicado a nivel universal. Por supuesto, nos es imposible conocer el estado de todas las partículas que conforman el Universo con tal grado de exactitud, y hoy en día ni siquiera estamos seguros de conocer con precisión las leyes físicas que lo rigen, por lo que existen una infinidad de fenómenos y sucesos que no podemos predecir: eso es lo que los seres humanos denominamos azar.