26 de agosto de 2010

Un gran repelente de catástrofes y extinciones: Júpiter

De todas las múltiples intrincadas casualidades (¿o debo decir causalidades?) que derivaron en la existencia de vida compleja e inteligente (¿debo decir inteligente?) en el planeta Tierra, apuesto a que no muchos conocen que la existencia del planeta Júpiter es una de las principales. Tú estás en este momento leyendo estas palabras gracias a la presencia de Júpiter en nuestro Sistema Solar; y a continuación analizaremos porqué.

Vivimos en un Universo caótico y peligroso, las cosas allá afuera no suelen ser tan tranquilas como solemos creer. Nuestro planeta vaga en un sistema atestado de peligros y amenazas; dichos peligros no representan gran cosa para el planeta Tierra, pero si para todas las formas de vida que lo habitan, incluyéndonos a nosotros, por supuesto.

Algunos de estos peligros cósmicos que nos acechan son denominados en astronomía “objetos próximos a la Tierra(más conocidos por su acrónimo NEO, del inglés Near Earth Object). Se tratan principalmente de cometas y asteroides capturados por la fuerza gravitacional del Sol o los diferentes planetas, en órbitas que podrían hacerles surcar las cercanías de la Tierra.


Los cometas son enormes cuerpos constituidos principalmente de hielo y rocas, que se desplazan por la Nube de Oort y el Cinturón de Kuiper, más allá del planeta Neptuno, en los extremos del Sistema Solar. Los asteroides son cuerpos de roca o metal que orbitan un cinturón ordenado entre los planetas Marte y Júpiter, conocido como Cinturón de Asteroides, aunque su viaje orbital no es siempre tan rutinario como parecería. Todos estos cuerpos son “sobrantes” de la formación de los planetas en los albores del Sistema Solar.

Con frecuencia muchos de estos residuos cósmicos son desviados de sus orbitas establecidas y toman un rumbo de colisión con la Tierra. Y aunque la gruesa capa atmosférica de nuestro planeta pulveriza a la mayoría de ellos (Nota: cada vez que observamos una estrella fugaz se trata justamente de eso: cuerpos rocosos u otros desechos que penetran la atmósfera y son destrozados en su intento de colisionar con la superficie; aquellos que aún conservaban la falsa creencia popular de que se trata de estrellas cayendo del cielo, bórrenla de sus mentes), aún así un objeto del tamaño suficiente podría penetrar nuestra atmosfera y colisionar contra la superficie terrestre, provocando una catástrofe. Pero si el ingreso de objetos de tamaño muy pequeño en nuestra atmósfera sucede tan frecuentemente, ¿por qué no sucede lo mismo con objetos más grandes que pudieran causar extinciones masivas a diario? Bueno, una posible respuesta a esta pregunta puede encontrarse en Júpiter.

Júpiter es el planeta más grande y masivo del sistema solar, con una masa casi dos veces y media la de todos los demás planetas juntos. Como consecuencia de esto, posee una increíble fuerza de gravedad, superior a la de los demás planetas. Debido a su gran masa y fuerza gravitacional, perturba las regiones cometarias como la Nube de Oort, atrayendo la mayoría de los cometas que caen hacia el Sistema Solar interior (donde se encuentra nuestro planeta). Estos pueden ser atraídos por Júpiter, de tal forma que terminen chocando contra el planeta; pero también pueden ser desviados, normalmente con una gran aceleración, lo que produce que salgan disparados hacia lugares remotos o hacia el Sol.

En palabras simples, lo que Júpiter hace es atraer toda clase de objetos del espacio, funciona como una especie de "aspiradora cósmica", haciendo una limpieza de los restos, capturando algunos y expulsando otros hacia el Sol, donde se perderán para siempre; limpia el camino para que el resto de los planetas puedan permanecer en una especie de sereno equilibrio. Influye en el curso de cometas, meteoros y asteroides, y de esta forma ayuda a dictar lo que ocurre en gran medida dentro del Sistema Solar. Es por esto que su presencia puede ser una de las principales razones por las que existe vida en la Tierra, dado que propicia que nuestro planeta tenga un buen medio ambiente estable, en lugar de estar acosado constantemente por cometas, asteroides y otras amenazas.

Las evidencias acerca del papel de Júpiter como “protector” de los planetas interiores del Sistema Solar están a la vista. En el mes de julio de 1994 el cometa Shoemaker-Levy 9 fue capturado por la atracción de Júpiter, evento observado con gran entusiasmo por todos los astrónomos del mundo. Tal es la fuerza de gravedad de Júpiter que desgarró al cometa en diferentes fragmentos, los cuales colisionaron luego contra la superficie del planeta. Si este gigantesco cometa no hubiera sido capturado por Júpiter, es probable que hubiera seguido su viaje hacia el Sistema Solar interior donde podría haberse topado con nuestro planeta en su camino; si los eventos se hubieran dado de esa forma yo no estaría aquí escribiendo esto, ni tú leyéndolo. Muchos otros impactos de objetos contra Júpiter han sido registrados y analizados por astrónomos de todo el mundo, y es lógico pensar que se han producido millones de colisiones de las cuales ni nos hemos enterado.

Aunque este gigantesco gaseoso esté allí para protegernos de la mayoría de los peligros, no siempre logra ese objetivo. Nuestro planeta ha sido bombardeado en el pasado por enormes objetos del espacio exterior, como el asteroide que se cree que llevó a la extinción de los dinosaurios a finales del Cretácico, lo cual demuestra que los impactos son una amenaza seria para la vida en la Tierra. Sin embargo, la importancia de Júpiter radica en que sin su influencia los acontecimientos de extinción podrían haber sido mucho más frecuentes en la Tierra, y la vida compleja no se podría haber desarrollado.

Así que Júpiter, en su papel de protector de los planetas menores, de repelente de catástrofes y extinciones, parece sumarse a la incontable cantidad de eventos que condujeron a la existencia de vida, y principalmente vida compleja, en nuestro planeta. Esto nos habla de la vital importancia que pueden tener eventos en los cuales ni nos detenemos a pensar. Llegar a reconocer que todas las maravillosas interacciones entre las diversas formas de vida conocidas, y aún más cercano a nosotros, que todas las actividades realizadas por todos los seres humanos en la historia de la humanidad, pudieron existir gracias a la inmensa fuerza gravitacional de una gigantesca bola de gas que flota a 588 millones de kilómetros de nosotros, es algo realmente increíble. Piénsenlo, aprovechen a pensarlo… si no fuera por Júpiter probablemente no podrían hacerlo.

4 comentarios:

  1. Me gustó el detalle de "dichos peligros no representan gran cosa para el planeta Tierra, pero si para todas las formas de vida que lo habitan, incluyéndonos a nosotros".

    Es importante que la gente tome conciencia de ello, y entienda que debemos ser humildes ante las maravillas del universo.

    Cuando alguien habla del efecto invernadero o de la destrucción de los bosques se refieren a ellos como peligros para el planeta, y no se dan cuenta que nuestro planeta existe desde hace 4567 millones de años, y existará por unos cuantos millones de años más. El peligro no es para el planeta... es sólo para nosotros.

    Edgardo D. Allevato

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  2. Excelente, me encanta!!

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  3. Awesome, es destacable la existencia de esa inmensa bola de ... gas, que nos proteje y que si hubiera sido un toque mas grande, tambien se habria jodido todo...

    Hay mucho mas q decir de ese planeta (casi enana marron o enana marron, segun el cientifico que adoptes), espero leer mas de eso.

    Saluts!

    DamianC

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